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domingo, 19 de mayo de 2013

La Fuente de Las Nereidas en Bs As.




En 1903 se inauguró 
la FUENTE DE LAS NEREIDAS
joya porteña creada por la escultora  Lola Mora


Este grupo escultórico debe considerarse el primer monumento público argentino encomendado a una artista mujer.

Dolores Mora de Hernández era el  nombre verdadero de esta artista. Nacida al sur de Salta, pero que se educó y realizó sus primeros pasos artísticos en Tucumán.

Luego de realizar carbonillas sobre los gobernadores tucumanos logró una beca para capacitarse en Italia. Allí realizó esta obra en  mármol blanco de Carrara en agradecimientos a quienes le dieron la oportunidad por ser becada para perfeccionar su técnica en una de las cunas del arte más importante, Roma. Allí la diseño y esculpió,  acompañó las piezas en barco hasta Bs. As., donde las ensambló. Ingenuamente Lola pensó su emplazamiento en la Plaza de Mayo, pero las esposas de nuestros gobernantes al ver la desnudes femenina cambiaron sus planes.

En 1903 fue emplazada en el Paseo de Julio en las calles Alem y Cangallo pero en 1918 fue trasladada a la actual Costanera Sur.

Hoy la encontramos en la entrada de la Reserva Natural de Costanera Sur de la Ciudad de Buenos Aires que le aporta un entorno verde que contrasta de maravillas con el blanco mármol de carrara.





La fuente representa a las Nereidas, ninfas del mar con forma de mujer hasta las rodillas desde donde aparecen aletas de pez, sosteniendo una valva de mar que encumbra a Venus, diosa de la belleza y del amor. Es una alegoría del mito grecorromano del nacimiento de la  diosa Afrodita o Venus, según el cual este surgimiento se diera  de la espuma del mar.


Frente a los obstáculos y difamaciones para con su obra ella contestó:
 "Cada uno ve en una obra de arte lo que de antemano está en su espíritu; el ángel o el demonio están siempre combatiendo en la mirada del hombre. Yo no he cruzado el océano con el objeto de ofender el pudor de mi pueblo(...). Lamento profundamente lo que está ocurriendo pero no advierto en estas expresiones de repudio -llamémosle de alguna manera- la voz pura y noble de este pueblo. Y esa es la que me interesaría oír; de él espero el postrer fallo." 
Su imagen en uso de pantalones fue motivo de habladurías, sin pensar que no lo hacía por transgresión sino por comodidad para el trabajo.






Luego de desistir que fuera emplazada en la Plaza de Mayo, fue colocada en el Paseo de Julio (actual Avenida Leandro N. Alem) en la calle Cangallo (hoy Juan Domingo Perón). A la ceremonia no asistió ninguna mujer.







                                                 Inspirada en la Fontana de Trevi, la fuente se inicia con una gran valva marina que contiene las masas oceánicas de la que emergen los caballos, representación de los continentes, tratados de ser dominados por los hombres, los tritones.

Lola confeccionó esta alegoría en su fuente, con un excelso trabajo. Nada liviano, desde ningún punto de vista, porque necesitó de fuerza física para esculpir y de ánimo para enfrentar las críticas infundadas.



Pero la presión de las ligas moralistas obligaron a un nuevo  exilio, en 1918 terminaron colocándolas a orillas del Río de la Plata, donde el tiempo se encargó de rodearla de un exuberante verde, en  donde aún permanece.

El grupo escultórico de filiación renacentista y formas y texturas de estilo barroco, con una típica composición espiralada nos obliga a bordearla para recorrerla, mientras que deja una zona informe, es decir,  la apariencia natural sin trabajar, un toque del estilo  impresionista contemporáneo a Lola en Europa.

Venus resguarda el sueño de Buenos Aires, envuelta del fresco viento que llega desde la Reserva Ecológica Sur y el Río de la Plata y ennoblece las pasiones amorosas de los porteños.


                                                    Imagen de 1929


También sus esculturas pedidas para el Congreso de la Nación fueron exiliadas a una de las capitales más distantes de la nacional, San Salvador de Jujuy. En marzo de 2014 se intentó volverlas a traer en forma de réplicas para emplazarlas en las escalinatas sobre la calle Entre Ríos.


Lola fue una mujer que trabajó en forma infatigablemente. Su genialidad está presente con obras en el pasaje Juramento, detrás del Monumento a la Bandera en Rosario, en una fuente delante de la Universidad de Bahía Blanca, en la Casa de Tucumán en los relieves de los  frisos del patio posterior, en esculturas de la Independencia en San Miguel
de Tucumán, la estatua de Eco en el Zoológico de Bs. As., el grupo escultórico en recordación de Alberdi también en Tucumán, en el tintero presidencial, y contribuido en parte del Monumento de la Batalla de Salta, , entre otras muchas obras.

Si te interesa podes leer los artículos:

Réplicas de Lola Mora en el Congreso de la Nación
 Lola Mora
Las mujeres que descansan en La Recoleta

CASO ROMINA TEJERINA, VÍCTIMA CASTIGADA



     EL CASO DE  ROMINA TEJERINA 
vIVIÓ UNA PESADILLA DE  TERROR


VIOLADA, EMBARAZADA, SOSTENIÉNDO SU EMBARZO  EN SECRETO POR VERGÜENZA.  AL VER EL PRODUCTO DE LA VIOLENCIA, SU RAZÓN SE TURBÓ..... PERO LA JUSTICIA LE HIZO PAGAR A ELLA, CON CÁRCEL,  NO AL HOMBRE MAYOR QUE LA VIOLÓ, QUE SIGUE LIBRE E IMPUNE.







Romina Tejerina: diez años de lucha

Cuando fue liberada en junio de 2012, Romina Tejerina había pasado más de 9 años en prisión, condenada por infanticidio, por haber asesinado a su beba apenas nacida. Para las tres instancias judiciales por las que pasó su caso, no fue suficiente para reducir la pena la consideración del contexto de vulnerabilidad social en el que vivía, que la beba era producto de una violación y que podía haber actuado bajo el efecto de un estrés postraumático.

El caso de Romina se convirtió a lo largo de estos años en estandarte de lucha del movimiento de mujeres por concentrar la lucha contra algunos de los temas centrales del patriarcado: el mito de  la maternidad abnegada en el cual es imposible contemplar el homicidio  del hijo o la hija; la violación como “desahogo sexual” del varón y que, por tanto, debe quedar impune; y el derecho de las mujeres a interrumpir un embarazo no deseado. 

La justicia  falló en contra, incluso en la  Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Romina Tejerina tenía 18 años cuando fue violada en una pequeña y conservadora ciudad, San Pedro (Jujuy), por Eduardo Vargas, su vecino -un comerciante de 42 años y hermano de un policía- la madrugada del 1º de agosto de 2002 cuando salía de su casa para ir a bailar. Apenas una adolescente en manos de un adulto, que seguramente esa pequeña sociedad consideraba un hombre de bien. En el momento la joven ocultó la violación, por vergüenza, por miedo a represalias, por temor al que dirán, y luego hizo lo mismo con  el posterior embarazo producto de esa violación.. Cuando la beba nació, en el baño de la casa de su hermana, cegada por el odio y la vergüenza la mató a puñaladas, nunca hubiera podido ver con amor el fruto de la violencia y la impunidad, esa hija que la marcaría como joven madre soltera, restringiéndole la concreción de la realización de los sueños proyectados para su vida. En ese momento el caso se hizo público y Romina fue detenida.
En el juicio que se desarrolló en el 2005, la fiscal pidió "cadena perpetua por homicidio agravado por el vínculo". Si bien los jueces intervinientes desestimaron que Romina hubiera sufrido un brote psicótico que la impulsó a asestar las 18 puñaladas, disminuyeron la condena a 14 años entendiendo que se trataba de un homicidio simple debido al contexto de vulnerabilidad en el que vivía. Romina pertenecía a una familia de clase social media baja de San Pedro y Vargas era un hombre mayor, posesionado social y económicamente, frente al cual le habría costado situarse como víctima de su abuso, lo mismo que reconocer los sentimientos contradictorios de cursar un embarazo producto de una violación.

 La justicia consideró que no había habido violación y que, como había dicho Vargas, se había tratado de una relación consentida.



















El primer fallo que condena a Romina a 14 años de prisión fue confirmado pocos meses después por la Corte Provincial. 

La defensa apeló  esperando de la Corte Suprema la disminución de la condena. La Corte Suprema, sin embargo,  en 2008 ratificó la sentencia. El voto en mayoría – Ricardo Lorenzetti, Enrique Petracchi, Elena Highton y Carmen Argibay- observó que la Corte no discute cuestiones de hecho –en este caso no le correspondería revisar si había habido o no emoción violenta- porque no se trata de un tribunal de tercera instancia. De esta forma, pretendían reducir la cantidad de casos que llegaran a la Corte porque no podían dirimirse en tribunales inferiores. El fallo de minoría en cambio – Eugenio Zaffaroni, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda – se inclinaba por la reducción de la condena o la no imputabilidad considerando la situación de particular vulnerabilidad que había atravesado Tejerina, transformándose en un alegato a favor de los derechos humanos de las mujeres.
 
En los años siguientes a que el caso se hiciera público, se sucedieron en el Parlamento Nacional varios intentos de restituir la figura del infanticidio en el Código Penal. La misma existía desde 1921 pero había sido quitada por error en los años ’90 cuando lo que se pretendió en verdad fue aggiornarla ya que incluía una mención a que la mujer podría cometerlo para intentar ocultar la vergüenza de un embarazo producto de una relación extramatrimonial. Sin embargo, esos intentos de la primera década del 2000 no prosperaron. En el 2010 finalmente un proyecto de la diputada nacional Diana Conti logró media sanción de la Cámara Baja pero luego no pudo ser tratado en el Senado. Recién ahora, con la reformulación del Código Penal, podría existir nuevamente la posibilidad de que la figura del infanticidio vuelva al Código.

Se trataría de restituir a las mujeres el derecho a no ser condenadas cuando actúan bajo efecto del estrés puerperal, un momento que suele generar confusión y desencuentro. 

La mayoría de los casos de infanticidios registrados en los últimos años,  no incluyen sólo el componente del puerperio, sino que se producen particularmente en mujeres que atraviesan situaciones de extrema vulnerabilidad, de sectores desprotegidos socialmente, mayormente del interior del país y en buena parte de los casos víctimas de abuso sexual. Es decir que el infanticidio llega como la explosión de una serie de desprotecciones previas que las mujeres no encuentran cómo procesar.  Se trata de una cadena de incumplimiento de derechos que debe reestablecerse con el acceso al infanticidio, y la condena social y judicial a los abusos sexuales.
Si bien estos temas avanzaron en la agenda política en los últimos diez años –hay menor tolerancia en general hacia la violencia de género, tenemos un fallo de la misma Corte Suprema de Justicia de la Nación que obliga a cumplir con los abortos no punibles en casos de violación y está en debate en el Parlamento la libre interrupción del embarazo-, casi diez años después de que Romina Tejerina fuera encarcelada aun siguen en pie las banderas que transformaron su causa en estandarte de lucha de los derechos humanos de las mujeres.


 

















Notas relacionadas en
 http://www.conectarigualdad.com.ar
Fuentes:

Pulicado por Sandra Chaher | Publicado el 27 junio, 2012
 Artículo de Comunicar Igualdad Agencia de noticias con enfoque de género
Contacto: info@comunicarigualdad.com.ar

domingo, 12 de mayo de 2013

Alicia Moreau de Justo. Cien años de lucha a favor de la Mujer Argentina.

Yo no fui nada. Fui una luchadora contra molinos de viento. Por eso no quiero homenajes”. Estas son palabras de la experimentada  centenaria política argentina a la que las mujeres argentinas tenemos mucho por agradecerle.



Alicia Moreau
incansable luchadora por la
Equidad de Género en la Argentina

 

Un  12  de mayo  de 1986 terminó su  lucha  la Dra. Alicia Moreau de Justo.

Había comenzado su vida en Londres cuando su padre estaba exiliado por haber participado del episodio que se recuerda como la Comuna de París. Llegó aún pequeña al suelo argentino en aquellos barcos repletos de soñadores que sólo veían la luz del día una vez por jornada, con la esperanza de encontrar un país que les diera más oportunidades de lograr un mundo mejor, más justo y sensible.

Todavía en esta primera foto se trasmite la mirada soñadora de esa joven.

Inició pronto el camino de la lucha socialista, acompañando a su padre. Entre sus profesores de colegio secundario se encuentra el mismo Hipólito Yrigoyen, por entonces sólo un rebelde veterano de nuestras luchas contra la Oligarquía Paternalista. 
Alicia fundó el movimiento feminista en Argentina; luego se sumó al camino iniciado por otras mujeres, como Sara Justo, la Dra. Rawson Dellepiane, la Dra. Lantieri, entre otras, que habían fundaron el Centro Feminista de Argentina, el Comité Pro-Sufragio Femenino y  la Sociedad Luz.
Ingresó a la Facultad de Medicina de la  Universidad de Bs As en una época donde todavía se rechazaba ese género. Pronto mostró su preocupación por las enfermedades sociales relacionadas con la discriminación de la mujer y de los trabajadores
Inició su participación en los artículos de la Revista Socialista internacional, luego en  1910 junto a Berta W. de Gerchunoff y su padre Armando Moreau, entre otros, fundó el Ateneo Popular con el fin de promover la extensión de la educación secundaria y universitaria a los sectores obreros, funcionando en locales sindicales, socialistas y mutuales, además de hacerse cargo de la edición de la Revista Socialista Internacional, con el nombre de Humanidad Nueva. En  ese mismo año organizó junto a otras precursoras de la lucha por la Equidad de Género el Primer Congreso Femenino Internacional. Desde esa revista Alicia fue presentando las ideas de Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Carolina Muzzili, María Montessori, etc.

En 1915 logra su doctorado convirtiéndose en una de las primeras especialistas en enfermedades femeninas, y enfermedades relacionadas con la discriminación del género.  Hay quienes dicen que el ambiente social no estaba preparado para que los hombres confiaran en una mujer en temas de medicina y que los mismos varones despreciaban los "asuntos de enfermedades femeninas", por eso su inclinación a la ginecología.

Ella cuenta como sus compañeros trataban de desestimar su camino, varias veces había encontrado en los bolsillos de su guardapolvos, "penes", robados a los cuerpos destinados para alguna clase. Lástima que algunos de esos ingeniosos médicos hoy tengan el honor de que su nombre haya sido tomado para nombrar algún hospital importante de Argentina, y que  no haya uno, recordando a alguna de nuestras médicas.

Junto a Cecilia Grierson (nuestra primer médica), Ernestina y Elvira López, Ana Pintos, Elvira Rawson y Sara Justo conformaron la Asociación de Mujeres Universitarias Argentinas y  luego  fue designada por las organizaciones feministas argentinas como delegada por las mujeres argentinas al Congreso Internacional de Obreras celebrado en Washington, donde se relacionó con el movimiento por el sufragio femenino norteamericano. En esta travesía debe cruzar la cordillera de los Andes a lomo de mula para poder embarcarse desde Santiago de Chile, ya que no consigue pasaje en Buenos Aires. Durante el mismo viaje participó también como delegada argentina al Congreso Internacional de Médicas, donde se destacó por su crítica a la prostitución y su defensa de una moral única para ambos sexos. Como resultado de este último congreso se fundó la Asociación Internacional de Mujeres Médicas, resultando Alicia Moreau electa para integrar su Comité Ejecutivo.

Hoy quiero recordar en particular a Julieta Lanteri, compañera de lucha por el sufregio femenino ya que  fue la primer mujer en la Argentina en votar y en presentarse para diputada nacional.

Julieta, italiana de nacimiento, fue la primera mujer que pudo ingresar y recibirse en el Colegio Nacional de La Plata, y años más tarde se graduó de farmacéutica en la Universidad de Buenos Aires. En 1906, se convirtió en la quinta mujer en recibirse de médica y al año siguiente obtuvo su doctorado.

Para 1910, en el contexto del debate sobre la reforma electoral que llevaría a la llamada Ley Roque Sáenz Peña y ya nacionalizada argentina, Lanteri realizó una presentación judicial reclamando que se le reconocieran todos los derechos como ciudadana, incluidos, por supuesto, los políticos. Y el fallo de primera instancia resultó favorable. El juez Claros dijo “como juez tengo el deber de declarar que su derecho a la ciudadanía está consagrado por la Constitución, y en consecuencia, que la mujer goza de los mismos derechos políticos que las leyes acuerdan a los ciudadanos varones, con las únicas restricciones que, expresamente, determinen dichas leyes, porque ningún habitante está privado de lo que ellas no prohíben”.

Así, en julio de 1911, la doctora Lanteri fue la primera mujer incorporada al padrón electoral argentino, y el 26 de noviembre de ese año fue la primera sudamericana que pudo votar.

Al año siguiente, fue sancionada la ley que democratizaba el sistema electoral disponiendo el carácter secreto y obligatorio del voto, pero se establecía que el padrón electoral se confeccionaría con el del enrolamiento  del servicio militar, con lo cual, las mujeres quedaban expresamente restringidas por la ley. Una manera elegante de dejarnos afuera de los derechos políticos sin nombrarnos dentro de las  exclusiones.

No obstante, Lanteri fue por más y presentó un escrito reclamando su candidatura a diputada para las elecciones de 1919, ya que “la Constitución Nacional emplea la designación génerica de ciudadano sin excluir a las personas de mi sexo, no exigiendo nada más que condiciones de residencia, edad y honorabilidad, dentro de las cuales me encuentro”. Otra vez la justicia hizo lugar a su reclamo, el fallo fue favorable y Lanteri presentó, a través del Centro Independiente, su plataforma electoral; allí proponía licencia por maternidad, subsidio estatal por hijo, abolición de la prostitución y la pena de muerte, sufragio para los dos sexos, salarios iguales para trabajos equivalentes, y divorcio absoluto. Obtuvo 1.730 votos sobre un total de 154.302.

La década del 20 trajo importantes novedades para las sufragistas: aunque fuera sólo a nivel municipal y provincial el hecho que las mujeres pudieran votar en San Juan, Mendoza y Santa Fé demostró que estaba más cerca la meta.

En Buenos Aires en 1920 Alicia Moreau de Justo organizó el Comité Pro Sufragio Femenino, para
hacer un simulacro de elecciones, con el objetivo de instalar el tema  en la sociedad. Ella iba como respresentante del Partido Socialista. Invitó a Alicia Rawson de Dellepiani, a quien respaldaba el radicalismo y a Julieta Lanteri, que presentaba su propia propuesta:"derechos civiles y politicos iguales para ambos sexos, igualdadde hijos legítimos e ilegítimos, divorcio absoluto, protección de las mujeres en el mercado de trabajo, igual pago por igual tarea... abolición de la pena capital, protección frente a los accidentes de trabajo, abolición de la venta, manufactura e importación de bebidas alcoholicas, etc".  Durante 24 días de propaganda electoral, Alicia Moreau repartió veinte mil volantes en fábricas, talleres y plazas, donde decía: "No habrá verdadera democracia mientras la mujerno tenga derechos políticos y civiles en condicionesiguales al hombre". Votaron 3067 mujeres en 31 mesas. Alicia triunfó, Lanteri salió en segundo lugar y desde entonces hasta 1926, participó como candidata en elecciones nacionales dediputados. En 1920 obtuvo 1303 votos (esta vez masculinos) y en 1924 fueron 1313. ¿Quienes la votaban? Aquellos que no querían votar a lso conservadores,ni radicales, ni socialistas

Pocos saben que Julieta Lanteri falleció a raíz de un curioso accidente vial, fue arrollada por un auto que  transitaba marcha atrás en 1932, por lo que no pudo ver concretada el inicio de su lucha. 

En 1920  también Alicia Moreau fue una de las  fundadoras de  la Unión  Feminista  Nacional (UFN) con el fin de unificar las distintas organizaciones feministas que existían en ese entonces, como el  Centro  Socialista  Femenino, la Agrupación Socialista   Femenina, y el Consejo Nacional de Mujeres. La UFN tenía como objetivo organizar a las mujeres,  para obtener la igualdad de derechos con los hombres, así como para mejorar las condiciones del trabajo femenino  y  reclamar el derecho del voto para las mujeres e  impulsaron  la candidatura a diputada nacional de Julieta Lanteri. Otras mujeres que la acompañaron en la UFN  fueron Julia García Games,  Angela Costa,  Elsa  Bachofen,  Berta de Gerchunoff,  Adela  García Salaberry,  Consuelo G. de  García,  Clotilde Rossi, Josefina L. de  Mantecón y  Alfonsina Storni,  recibiendo  el  mote  de  "Damas  Rojas".  Fue  una  de las  creadoras del Comité Femenino de Higiene Social con el fin de combatir la trata de blancas. 

Se casa con el  fundador del Partido Socialista de Argentina, Juan B. Justo, quien era viudo con  5 niños, pero  falleció  siete años después dejándole como herencia 3 niños más que criar.


A partir del casamiento, Alicia entabla una excelente relación con su suegra, Aurora Castro de Justo, quien había trascendido a fines del siglo XIX, por su decisión de divorciarse de Juan Felipe Justo.  Aurora se había hecho cargo de los cinco hijos de Juan B. Justo al fallecer su primera mujer, Mariana Cherkoff, una de las tres hermanas fundadoras del Centro Socialista Femenino. La relación entre Aurora y Alicia trasciende la muerte de Juan B. Justo que se produce en 1928.

Organizó "Agrupaciones Femeninas" en cada "Casa del Pueblo" con espacio para los niños, para que más mujeres pudieran acercarse a la actividad política.

En 1925 se logró la Ley 11.317  que reglamentó el trabajo de las mujeres y los niños, en la que se establecía que las mujeres no podrían trabajar más de 8 horas diarias y 48 horas semanales, prohibición del trabajo nocturno y en tareas insalubres, prohibición del despido de mujeres embarazadas, licencia para amamantar y obligación de las empresas de tener guarderías.

En 1926, la Ley de Derechos Civiles de la Mujer que aunque no establecía la igualdad plena entre hombres y mujeres, establecía por primera vez el principio de que las mujeres y los hombres debían ser equiparados en términos de derechos.


En el periodo 1932-1941 se aprueban en el Congreso Nacional una serie de leyes tendientes a regular los derechos de los trabajadores, esta legislación era extensiva a las mujeres, por ejemplo, se convierte en ley el “sábado inglés” –los días sábados se trabaja durante mediodía–; establece el cierre de los comercios a las 20 horas;  la reglamentación de las licencias pre y post parto para las trabajadoras mujeres; la creación de la Caja de Jubilaciones para los periodistas y reporteros gráficos.


En 1947, a sólo dos años de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, Alicia viaja a Europa, donde participa de las Primeras Conferencias Internacionales de Mujeres por la Paz. Y en la Argentina Eva Duarte protagoniza el mayor papel de su vida presentandose frente a una muchedumbre femenina declarando que en esas apretadas manos se encontraba la ley del voto femenino.


Cuando en 1949  se sancionó la reforma a la Constitución Nacional que establecía la igualdad plena de la mujer y el hombre, y la responsabilidad compartida frente a la patria potestad,  Alicia Moreau de Justo apoyó este cambio.

Cuando  en 1951 las mujeres pudieron sufragar por primera vez, la coyuntura política  le jugó el mal trago de no poder presentarse a votar. 

Lamentablemente como otros socialistas  formó parte  de la Junta Consultiva Nacional creada por el gobierno militar de la Libertadora.

Este ícono de los derechos políticos femeninos fue el único cargo público que desempeñó en su vida.
En 1956 fue nombrada directora de "La Vanguardia" periódico que actuaba como vocero de las ideas socialistas.



Fue la única mujer que formó parte de la Junta Constituyente convocada por la Revolución Libertadora.
Tras la muerte de Alfredo Palacios en 1965, Alicia Moreau de Justo asume la Secretaría General del Partido Socialista Argentino.


Sufrió con las divisiones internas del socialismo primero, y durante los años del Proceso fue una de las fundadoras de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), convocada por Rosa Pantaleón, junto con el obispo de Neuquén don Jaime de Nevares, el rabino Marshall Meyer, el obispo Carlos Gatinoni, Raúl Alfonsín, Oscar Alende, Susana Pérez Gallart, Adolfo Pérez Esquivel y Alfredo Bravo desempeñando  una resistencia al terrorismo de estado, acompañó a las Madres de Plaza de Mayo  y  presentaba peticiones de libertad a la junta militar y a los jueces.

En 1980 fue una de las encargadas de recibir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. 

Impulsó la reunificación del Partido Socialista. Y frente a la Guerra de Malvinas mantuvo la postura antibelicista que había sostenido frente a todas las confrontaciones bélicas del siglo XX.



En 1984 es elegida la Mujer del Año y la Universidad de Buenos Aires le entrega un premio como Médica del Siglo.

En 1985 cumplió 100 años y  dio su último discurso público, especialmente dirigido a los jóvenes y a las mujeres.



El 12 de mayo de 1986, Alicia Moreau fallece, dejando tras de sí  una larga y fructífera trayectoria de compromiso público como lección para el futuro.

FUENTES:

Programa "Se dice de mi", Canal Encuentro.

Cichero, Marta. "Alicia Moreau de Justo".  Planeta. Bs As.  1994

http://www.psamdp.com.ar/moreau_biog.htm 
 
Si te interesa la labor  legislativa de Alfredo Palacios
https://www.cultura.gob.ar/alfredo-palacios-el-primer-diputado-socialista-electo-en-america-latin-8939/